Carta a Ogilvy

Buscando entre papelotes, me topé con esta carta que mi padre dirigió a la gente de Ogilvy para el puesto de Diseñador de Arte en el año 86.

Estoy seguro de que hubiera hecho un trabajo excepcional, pero hace 20 años quizá el diseño gráfico no estaba por la labor de tomar riesgos. Al final le dijeron que no, pero la carta me encantó. A lo mejor porque la escribio él:

Julián Leal – Badajoz – El 5 de octubre de 1986,

Resuelto a escapar de la mediocriad asfixiante de esta capital de provincia (38º 50´N – 7º 10´W, más o menos), desplazada por la historia y la cultura al confin más próximo con la raya de Portugal, acojo como auténtico asidero vital y espiritual el anuncio inserto en El País de hoy domingo. “Director de arte” en una multinacional de la publicidad. ¡Menuda oportunidad – dije nada más encarármelo – para dar el salto! Entre una jungla de mensajes, elegante, nítido y atractivo, apareció ante mis ojos el reclamo que era toda una tentación. Es una gran oportunidad, repuse instantaneamente. Luego, más reposado empecé a reflexionar sensatamente.

Para este puesto florecerán, como amapolas en mayo las solicitudes. Porque, aunque yo vi primero el anuncio, otros muchos lo verían también después y se lanzarían con avidez en pos del rico bocado. Además, muchas ofertas serán de tios fenómenos en la profesión, de los madriles, muy enterados y con mucha experiencia. Tú, a 400km. de la movida no tienes nada que hacer – me dije -. Olvídate del anuncio, muchacho.

De no haber terciado Golda Meir, esta carta no hubiera sido escrita. Abatido por los pisotones de una legión de imaginarios competidores, en un tris estuve de renunciar a presentar batalla. Pero la lectura de una cita de la ilustre judia me animó a tomar la pluma más tarde. La buena señora lanzó en vida una máxima que como un dardo ha venido a herirme en lo más íntimo: “No seas tan humilde, no eres tan grande”. La reacción fue instantánea y con no poca altivez me digo a continuación ¿Y por qué no compites tu también? ¡Tengo derecho! Añadí en tono de reprensión.

A continuación sostuve el siguiente monologo interior ante una purísima hoja de papel cuadriculado.

Mira, Julián Leal: Llevas 12 años de confeccionador en el periódico HOY. Miles e páginas han cobrado forma por tus manos. Has seleccionado fotografías, ilustraciones y gráficos. Te jugaste la vida con el regente de talleres porque se negaba a secundar tus locuras tipográficas.

    Has diseñado, confeccionado seis o siete revistas que no quedaron nada mal.¿Y qué me dices de los carteles que has realizado, de las portadas de libros – tan celebradas – de los logotipos que creaste, de los “Cuadernos populares”?¿Has olvidado acaso el impacto que tuvo la campaña de publicidad que creaste para los 50 años del periódicos HOY, además del emblema distintivo?Recuerda lo que han dicho de la carpeta, de los fascículos de la colección “La guerra civil en Extremadura”.Y espera a ver qué sale del diseño que hiciste de la memoria económica de la Caja de Ahorros, que está en imprenta. Y de esa revista que te han encargado diseñar.Puedes aportar estas y más pruebas… Así que no seas pusilánime y lánzate.

Para darme aliento mi yo hizo ese somero repaso a la trayectoria desarrollada a lo largo de una década en el campo del diseño gráfico. porque, dado el letargo periodístico que se padece en estos lados, diseñar y crear era una grata liberación, un rico abono para mantener despierta la imaginación.

Ser redactor en un periódico de Badajoz no llena, llevar las páginas de radio, televisión especialidades en HOY, haber ejercido durante seis años la corresponsalía de El País, embarcarme en la carrera de Periodismo y terminar cuatro cursos está bien. Pero todo ello no me ha dado las saisfacciones que me proporciona complicarme la vida con el diseño gráfico.

Ahora caigo en la cuenta: lo que realmente me gusta es ser director de arte. Con 35 años todavía estoy a tiempo, ¿o no?

Agradecería una respuesta.

Julián Leal

Un fuerte abrazo, padre.