Botones físicos vs botones digitales

Nota del autor: estás en lo cierto. Este post está enteramente dedicado a algo tan simple como (aparenta ser) un botón. Si estás con ganas de leer relájate y ponte cómodo.

La imagen de arriba representa lo que para mi es la esencia del botón perfecto. Se trata un comando que empieza a ser difícil de encontrar a día de hoy, en amplificadores, paneles de aviones y poco más. Lo hacen todo bien por las siguientes razones:

  • Tienen sus correspondientes etiquetas a cada extremo;
  • Con una línea cómoda y agradable, que invita a tocarlo;
  • No te hace falta apuntar con el dedo, cualquier gesto de tu mano lo activa;
  • Cómo te indica, tumbándose a un lado o a otro, en qué posición se encuentra;
  • Y ese agradable chasquido que genera al moverlo, sin que sea necesario hacer fuerza para que se active.

El paso del tiempo los ha ido olvidando y su lugar ha sido ocupado por superficies planas, con una amalgama de iconos, donde cada uno representa una acción específica. Un poco parecido a lo que tenemos en los mandos de pasajero de los aviones comerciales:

A veces pienso que estos botones antiguos solucionarían muchos problemas de interacción que nos encontramos en las interfaces actuales, como por ejemplo esos dobles clics (o taps) que la gente más mayor (y no tan mayor) realiza en las interfaces planas para asegurarse de que el botón se ha apretado de verdad, que se ha pinchado en serio.

Y es que uno de los grandes problemas de las interfaces táctiles es, como ya hemos hablado en otra ocasión, esa falta de feedback natural, que obliga a crearlo con más o menos éxito de forma artificial.

La eficacia de los botones físicos se manifiesta aún hoy en los dispositivos punteros de alta gama: la gran mayoría de las interfaces con pretensiones táctiles – aunque siempre hay excepciones, claro – sigue incluyendo en su diseño industrial botones físicos (como cualquier smartphone, desde el iPhone al los HTC, o los cajeros automáticos). En ambos ejemplos conviven los botones físicos con los táctiles de nueva generación. Y esta convivencia de botones genera graves problemas de interacción…
Fíjate en el siguiente ejemplo, donde el amigo Wayne nos enseña la mezcla de apretamientos de botones físicos y digitales que hay que realizar para conseguir tu objetivo final. Fijaos también como hay que generar un “bip” artificial para informar al usuario de que está marcando el número de teléfono. (YouTube, 2:42min):

¿Por qué siguen conviviendo botones físicos en las interfaces digitales? ¿Qué pintan ahí ese puñado de botones físicos sobre un aparato que se autodenomina táctil?

¿Será que al final son imprescindibles?