12 años de Seisdeagosto.com

El otro día, en una reunión más, me tocó dar la explicación sobre el significado de la marca “Seisdeagosto”. No recuerdo ya la cantidad de veces que he tenido que dar detalles sobre esta marca y sinceramente, jamás pensé que semejante nombre despertaría el interés de la gente.

Ahora que ya han pasado pasado varios años desde sus inicios, echando la vista atrás, puedo ver que sin darme cuenta creé una marca, sin metodología, sin conocimiento alguno de branding, sin brainstormings ni nada que se le parezca.

Lo que empezó siendo allá por el 2001 como un bloc de notas digital, gestionado a mano con el famoso Dreamweaver, pasó a ser un blog formal (primero Movable Type y más tarde corriendo sobre WordPress). Mi única intención era tener un recopilatorio sobre todo aquello que vivía y me interesaba. El paso del tiempo hizo que Seisdeagosto.com fuera el nombre que le diera a mi empresa cuando decidí emprender por mi cuenta donde, más tarde, de forma natural y espontánea, pasaríamos a ser dos socios: El que escribe y el incombustible Ignacio Buenhombre.

Casi de forma paralela a la entrada de Ignacio montamos Ilios.org, la red de confianza que tantas alegrías nos ha dado hasta hoy: un equipazo que no acaba de crecer y que cada vez afronta retos y proyectos más interesantes.

Y casi al mismo tiempo también, el propio trabajo que desarrollábamos nos hizo darnos cuenta de estábamos muy flojos en toda la parte que rodea a la pata de negocio: mucha interacción, mucha experiencia de usuario, mucho link azul, pero no teníamos ni idea de cómo se gestaban los negocios en Internet. Esa fue la razón que nos llevó a crear la muy noble y muy leal casa de Buenhombreleal.com, donde damos salida a aquellos proyectos en los que realizamos pequeñas inversiones.

El viejo Seisdeagosto.com empieza a pivotar nuevamente y, muy pronto, volverá a ser lo que lo fue inicialmente, una marca personal que ofrece servicios con la misma energía, el mismo cariño y humildad que hasta ahora y que espero que siga haciéndolo en nuevas aventuras, dentro y fuera del país.

Yo tan sólo buscaba un nombre que se pudiera escribir y pronunciar exactamente igual en Portugués (vivía en Lisboa) y en Español (tarde o temprano regresaría a mi país). Está claro que se me fue de las manos…