La biografía de Jobs (como toda biografía que se preste) está repleta de anécdotas donde se cuentan detalles de su vida personal y profesional. Uno de los capítulos habla sobre el ojo de Jobs para descubrir talento y formar equipos top. Y una de las anécdotas narra el proceso de selección de un joven diseñador que quería formar parte del equipo de Apple, para diseñar la interfaz de usuario de su nuevo sistema operativo.
La entrevista le fue de pena al pobre chaval. Le pudieron los nervios y no pudo venderse como le hubiera gustado. Tras la entrevista, sentado en la sala de espera, Jobs pasó cerca de él y de manera casi refleja le preguntó si tenía algunos minutos para enseñarle alguna de sus ideas. Y eso hizo Jobs: sentarse a su lado.
El chico abrió una pequeña demo hecha con Adobe Director: una nueva forma de incluir más iconos en el dock de la pantalla. Cuando el chaval movió el cursor sobre los iconos del dock y estos se ampliaban como un globo Steve le contrató allí mismo, donde estaban sentados. Esa funcionalidad se convirtió en uno de los iconos del MacOSX.
Bas Ording era el nombre de este afortunado diseñador (holandés, por cierto). Y estuvo en Apple trabajando hasta julio del 2013. 14 años en Apple.
Pero la idea de este post no es hablar de Bas, que ya tiene su vida resuelta. Este post va dedicado a ti, joven diseñador, para demostrarte que aunque las cosas se tuerzan en una maldita entrevista de trabajo siempre hay posibilidades de darle la vuelta a la situación. Para que veas que se trata tan sólo una cuestión de ganas y optimismo. Para insistir en que los que están trabajando en una empresa son humanos, cometen fallos, y que les viene de perlas gente con una visión fresca e innovadora.
Eso sí, para poder tener estos golpes de suerte hay que ir a buscarlos. No suelen surgir simplemente enviando tu CV a todo lo que veas por ahí, a golpe de adjunto. La estrategia ha cambiado y ahora con una visita a tu perfil en LinkedIn y una vueltas a tu rastro social se sabe más de ti que con un PDF adjunto. Por eso he llamado a este post la madre de todas las entrevistas, porque en el fondo, ni siquiera la hubo, bastó sencillamente con mostrar voluntad y ganas de mejorar cosas.
Por Lanavenodriza.com pasa cada vez más gente interesada en cambiar su vida profesional y buscar nuevos retos, pero aunque la formación es importante aún lo es más el brillo en tus ojos. Y ese brillo sólo puede entrenarlo uno mismo.
Y hasta aquí puedo escribir. El resto lo tienes que poner tú.
Porque arriesgarte y quedar mal delante de alguien que no va a confiar en ti es irrelevante. Ve y da la puta tabarra al que quieras que te atienda. Preguntalo todo y dispara todas la soluciones que tengas, vuelve con el jodido cargador vacío a por más balas.
Amen @Mordo, AMEN.
¡Grande! No todo el mundo va a tener la suerte de poder repetir la entrevista directamente con el CEO de la empresa y clavarla, enseñándole lo que de verdad importaba: que sus ideas eran buenas. Pero el que ni siquiera lo intenta, el que no lucha por ello, el que no se deja ver, se quedará con el primer “NO” como respuesta.
Sin querer salirme de foco, creo que también es importante que la gente que contrata sea capaz de dirigir las entrevistas hacia la búsqueda del talento de la gente, y no hacia formalidades y temas que hacen sentir a los diseñadores que buscan trabajo como pequeños saltamontes sin opciones.