Ilios.org: La cara B del mundo digital

El pasado fin de semana nos juntamos la gran mayoría del equipo Ilios para (por fin) vernos las caras físicamente. Trabajamos diariamente codo con codo, pero no se da con frecuencia que coincidamos todos a la vez: y este finde tampoco fue la excepción. Hubo bajas de última hora que, como siempre, se aceptan como parte de nuestra filosofía: la vida personal debe llevarse bien con la laboral.

Más allá del glamour marbellí, de las barbacoas y de los gintonics, hubo un montón de momentos preciosos, donde compartimos el “hacia dónde vamos”, el “qué nos gusta hacer”, y el qué “nos gustaría hacer en el futuro”…

Una de mis aportaciones tuvo que ver con el hecho de compartir. Y me explico: Ilios puede parecer algo pequeño, poco consistente, carente de jerarquía, incluso desorganizado, pero es justo lo contrario: lo grande de todo esto es que aquí cada uno gestiona lo que quiere invertir en trabajo y lo quiere invertir en su vida personal, sin tener que dar explicaciones a nadie. Quien no puede involucrarse en algún proyecto es sustituido por otra persona, sobre la marcha, en cuestión de un par de emails. Y aunque pueda parecer extraño funciona la mar de bien porque todo se basa en algo muy sencillo: La confianza. Bajo este paraguas trabajamos para corporaciones como BBVA, Santander, el Museo del Prado, Santillana o empresas de tamaño más reducido. Y startups, por supuesto.

Desde los pistones de esta humilde organización personalmente lo que más veo son caras de alegría, de motivación, y las penas se diluyen entre tanta gente con energía y ganas de pasarlo bien.

Lo que perseguía con mi comentario es que me gustaría (me encantaría, de hecho) que esta forma de trabajar, que esta forma de entender el trabajo y de combinarlo con tu vida personal, llegara a más gente, que el mundo se creyera que todo esto es posible y que funciona DE VERDAD™. Creo que cuantas más organizaciones descentralizadas existan mayor será el nivel de aceptación de las empresas de cara a contratar esta forma de trabajar.

Me da rabia que haya personas ahí fuera perdiéndose esta cara B del mundo digital, que es justo la mejor, la que realmente merece la pena vivir. Y desde aquí quiero animar a todo aquel que se lo esté pensando a que perder ese miedo al vacío, porque no es para tanto, de hecho es que ni existe.

Las últimas líneas van para los locos que se han creído todo esto: Jorge, Jere, Isa, Jero, Julio, Carlos, Ignacio… Para cuándo la siguiente?? 🙂