Ha elegido usted Diesel: La caspa digital
Con cierta frecuencia, suelo parar por un surtidor autoservicio, de esos en los que tu te sirves el combustible, pagas y continuas tu camino.
Para que todo funcione razonablemente bien, estos surtidores cuentan con una pantalla donde se va generando una especie de diálogo entre el surtidor y tú. No voy a entrar en los detalles sobre el tono del diálogo, supongo que os hacéis una idea: “Introduzca importe”, “Seleccione método de pago”, “Operación realizada con éxito”, y cosas así…
Más allá de ese tono afable y cordial que uno echa de menos, hay algo que uno ve con de forma recurrente en este tipo de contextos (y lo hago extensible también a cajeros de bancos, checkins automáticos en aeropuertos, estaciones de tren, cajeros de supermercado autoservicio y similares): Se trata de los mensajes de validación inútiles, que básicamente consisten en la validación absurda de cada paso que vas dando a lo largo del proceso.
Para ilustrarlo mejor, imaginemos un escenario cotidiano, el del ejemplo de arriba valdría: un surtidor de gasolina. Veamos:
– “Seleccione método de pago”
/Selección de método de pago/
– “Método de pago seleccionado correctamente. Introduzca importe”
/Introducción de importe/
– “Importe introducido correctamente. Seleccione tipo de combustible”
/Seleccion de tipo de combustible/
– “Ha elegido usted Diesel” (hay formas mucho más efectivas de evitar que nos equivoquemos en la selección de combustible, de verdad).
…
De forma muy sutil, estos mensajes de validación no hacen más que añadir tensión a un proceso que, en la mayoría de los casos, suele tener un final positivo, rápido y fluido. A pesar de ello, uno tiene que estar pendiente de todos y cada uno de esos mensajes que van saliendo, inquieto por si en la próxima pantalla uno se encontrará el mensaje que no le permita continuar. ¿De verdadnecesitamos saber que hemos seleccionado correctamente el método de pago? ¿No es más natural que si hemos introducido el input correctamente no sea necesaria esa validación?
Los mensajes de validación sólo tienen sentido:
- Al final de procesos largos: como el checkout de un proceso de compra, la creación de un perfil, una transferencia bancaria, etc. Esto no quita que existan elementos que vayan asegurándote de que vas por buen camino (como suele decir Ludita: “Vas bien”).
- Obviamente, cuando existe un error. Para eso están precisamente, para indicarte que algo no ha ido bien y cómo puedes solucionarlo.
Todos los demás deberían desaparecer. Añadirían más fluidez y naturalidad a los procesos y ayudarían a rebajar la tensión. Son los típicos detalles que uno no sabe verbalizar pero que transmiten la sensación que algo no está bien implementado (como cuando tu tarjeta sale muy despacio cuando sacas dinero en un cajero automático).
Por desgracia estas pantallas campan a sus anchas por todo nuestro territorio. Y miles de ciudadanos nos enfrentamos de forma recurrente y cotidiana a ellas.
Esta es la educación que, de forma sutil pero machacante, estamos recibiendo sobre cómo nos relacionamos con la tecnología. Una suerte de caspa tecnológica de la que no veo cuándo conseguiremos librarnos.